He brindado una clase y charla virtual con los internos del Penal de Lurigancho en Lima y muy complacido comprobar una vez más,
cómo ese mensaje integrador e inclusivo que genera el ajedrez, rompe todas las barreras.
Estar recluido en un penal debe ser una tremenda prueba y creo que promover la práctica del ajedrez sería un gran bálsamo
para ayudar a tantos seres humanos a sobrellevar tan difíciles circunstancias y a la vez beneficiarse de las múltiples
virtudes reconocidas de este noble juego.
En nuestra vulnerable condición humana, estamos inevitablemente propensos al error y por eso cultivar un buen pensamiento,
nos puede ayudar entre muchas cosas a tomar mejores decisiones.
Así como el pensamiento nos extravía en la tiranía de la vanidad,
también nos puede transportar a una escala superior.
Pocas actividades como el ajedrez imitan tan bien ese binomio constante de la vida
que es el ensayo-error y justamente aprender de nuestros errores y reconocerlos debidamente es la clave para tratar de ser mejores
personas.
GM Julio Granda
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